La respuesta hormonal al estado de hidratación en un entrenamiento es un tema candente, puesto que las hormonas anabólicas (es decir, testosterona T) y catabólicas (es decir, cortisol C) que pueden influir en el rendimiento y el estado de salud del atleta (Slimani et al., 2017) . Al mismo tiempo, la relación testosterona:cortisol (T:C) se considera un indicador de estrés fisiológico asociado al sobreentrenamiento (Hayes et al., 2015).
Algunos estudios como el de Penailillo et al. (2015) mostró una disminución de testosterona, sin cambios en el cortisol, mientras que otros como Thorpe y Sunderland (2012) describen aumentos en ambas hormonas. Las diferencias entre los estudios se pueden explicar debido a las diferencias en la intensidad de un partido de fútbol (o entrenamiento), factores biológicos, psicológicos, sociales y/o debido al grado o años de entrenamiento, siendo estos últimos altamente dependientes de la edad de los atletas (Casto y Edwards, 2016).
Además, se ha demostrado que la respuesta hormonal durante el ejercicio podría depender del estado de hidratación (Roy et al., 2001); por ejemplo, se ha observado una mayor concentración de cortisol en sujetos hipohidratados antes y después de correr al 70% del consumo máximo de oxígeno (VO2max) en comparación con los corredores hidratados (Maresh et al., 2006).
En este caso, en el ejemplo del fútbol, aunque en los jugadores de fútbol masculino, el cortisol salival, testosterona (T) y T:C se han evaluado como biomarcadores de estrés fisiológico después del partido, aún no se ha informado el papel del estado de hidratación antes del partido en estos biomarcadores.
Esta información podría aumentar nuestra comprensión del estrés físico inducido por un partido de fútbol (o un entrenamiento), lo que podría mejorar la preparación y la estrategia para proteger y/o mejorar el rendimiento de la élite en los partidos posteriores (o dentro de entrenamientos de alto rendimiento), por lo tanto, el objetivo de esta investigación fue evaluar los efectos del nivel de hidratación antes de un partido de fútbol en la respuesta a la testosterona (T), cortisol (C) y relación T:C después del partido en jugadores de fútbol de élite jóvenes.
La metodología de la relación hidratación – hormonas (caso del fútbol)
Una semana antes de los partidos, se evaluó el VO2max a todos los participantes con una prueba incremental; en el día de partidos, el equipo de fútbol evaluado se dividió en dos equipos (A y B). El primer partido (equipo A) se jugó a las 11:00 am, y el segundo partido (equipo B) a las 11:30 pm (el mismo día), en preparación para el Campeonato Mundial de la FIFA sub17 2015, realizado en Chile.
Las condiciones climáticas fueron similares entre partidos para medir objetivamente el estado de hidratación; los dos partidos amistosos se jugaron contra un equipo de fútbol profesional de la liga profesional chilena. Los equipos evaluados ganaron ambos partidos (primer partido, 2-0; segundo partido, 3-1); durante los dos partidos, se pidió a los jugadores que jugaran ya que era un partido oficial.
Las recomendaciones nutricionales sobre el estado de hidratación no se hicieron antes de los partidos y durante los partidos amistosos donde los jugadores consumieron agua ad libitum; para la evaluación de testosterona y cortisol, la saliva se recolectó 30 minutos antes de cada partido (Pre-), y 5-10 minutos después de cada partido (Post-), además se midió la frecuencia cardíaca media (HRmean) y máxima (HRmax) se midió durante todo el partido.
Brevemente, los jugadores estaban sentados, con los ojos abiertos, la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante y realizando un movimiento orofacial mínimo.
- Toda la saliva (± 3 ml) se recogió durante aproximadamente 2 min.
- Las muestras de saliva se centrifugaron a 1.500 g durante 15 min y se almacenaron a -20 °C hasta su análisis.
La testosterona y el cortisol se determinaron mediante inmunoensayo enzimático; la densidad óptica se determinó con un lector de microplacas a 450 nm y todos los análisis se realizaron por duplicado de acuerdo con procedimientos estándares internacionales de la FIFA. Solo se consideraron los jugadores que jugaron más de 80 minutos.
Sorprendentemente, los resultados mostraron que ocho jugadores estaban ligeramente deshidratados; la leve deshidratación no tuvo efecto en el nivel de testosterona antes y después de la competición, pero dio lugar a un aumento extra grande en los niveles de cortisol después del partido, lo que indica que este factor (el de deshidratación leve antes de un partido o entrenamiento intenso) aumenta la respuesta del cortisol después del partido o posiblemente después de un entrenamiento intenso.
Estos resultados muestran que la respuesta del cortisol es sensible al estado de hidratación, lo que sugiere que la deshidratación antes de una sesión de ejercicios intenso (o este caso un partido de fútbol) puede ser un estrés adicional a considerar.
Fuente
- Frointiers in Physiology: Basal Mild Dehydration Increase Salivary Cortisol After a Friendly Match in Young Elite Soccer Players