Los carotenoides componen una familia de compuestos abundantemente encontrados en la naturaleza, siendo los responsables del color de la mayoría de las frutas y vegetales que comemos todos los días, que puede variar desde el amarillo hasta el rojo vivo. De los más de 600 carotenoides existentes en la naturaleza, aproximadamente 20 están presentes en el plasma humano y tejidos, y no más que 6 en cantidades elevadas: alfa-caroteno, beta-caroteno, beta-criptoxantina, licopeno, luteína y zeaxantina. El cuerpo humano no es capaz de producir estas sustancias y depende de la alimentación y suplementación para obtenerlas. Los carotenoides además es estudiado en la comunidad científica desde hace muchos años debido al hecho de que muchos de ellos se convierten en vitamina A en el organismo. Más recientemente se demostró actúan como antioxidante, protegiendo las células de los daños oxidativos y, consequentemente, reduciendo el riesgo de desarrollo de algunas enfermedades crónicas.
Función de los carotenoides
- Los carotenoides funcionan como antioxidantes para reducir los daños causados por los radicales libres. Los daños oxidativos resultantes de los ataques de los radicales libres están vinculados al envejecimiento prematuro.
- La luteína y la zeaxantina; dos carotenoides, vienen ganando destaque en los últimos años pues varios estudios epidemiológicos asociaron el elevado consumo de éstos, con un menor riesgo de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad (AMD, de su nombre en inglés) y cataratas. En el centro de la retina, región de elevada acuidad visual, es posible la visualización de una mancha amarilla llamada mácula. Su color amarillo se explica justamente por la presencia de luteína y zeaxantina, los dos únicos carotenoides presentes en el ojo, en cantidades inclusive mucho mayores que en cualquier otro tejido humano.
- Estos carotenoides tambien cumplen funciones potenciales en los ojos: filtran la luz azul, que podría causar daños a los fotorreceptores de la retina.
- Estudios epidemiológicos indican una correlación estadísticamente significante entre el consumo del carenoide licopeno, y la reducción del riesgo para diversos tipos de cáncer, en particular el cáncer de próstata. In vitro (fuera del cuerpo), las evidencias sugieren que, además de su propiedad antioxidante, el licopeno tiene el potencial de prevenir la división de células tumorales, un importante mecanismo en la prevención del cáncer.
- También está siendo apuntada la correlación del consumo de licopeno con con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Experimentos in vitro demostraron que el licopeno encontrado disuelto en el colesterol de baja densidad (LDL), el colesterol “bueno”; es utilizado antes que otros carotenoides en las reacciones oxidativas. Es decir, el licopeno actúa como una primera línea de defensa, reduciendo las modificaciones oxidativas del colesterol (LDL) y, consequentemente, el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
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