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Nuestro cuerpo necesita todos los nutrientes, vitaminas y minerales para encontrarse en un estado óptimo de salud. Si bien todas las vitaminas son de gran importancia para un correcto funcionamiento del organismo cabe destacar la vitamina C, cuyas funciones intervienen en procesos imprescindibles para mantener la salud. Hoy te mostramos cuatro motivos para incluir la vitamina C en la dieta.
La vitamina C como potente antioxidante
La vitamina C destaca por ser un potente antioxidante hidrosoluble (se disuelve en agua). Esta vitamina interviene en numerosos procesos químicos protegiéndonos así del daño de los radicales libres.
Los radicales libres se forman de manera continua sólo con el hecho de respirar ya que son las sustancias que se forman en los procesos de oxidación (al contacto con el oxígeno). Estas sustancias son altamente inestables y pasan a formar parte de moléculas importantísimas a las que dañan, tales como el ADN.
La vitamina C, al protegernos del daño de los radicales libres nos está protegiendo del daño celular y del envejecimiento prematuro, interviniendo directamente en nuestra esperanza y calidad de vida.
Diversos estudios también han puesto de manifiesto que la vitamina C actúa como protectora frente a determinados tipos de cáncer, como el de pulmón y mama.
La vitamina C protege nuestro corazón
Quizás esta función de la vitamina C no se conozca de forma tan amplia, pero es igualmente importante.
La vitamina C actúa como cardio protectora ya que disminuye los niveles de colesterol, evitando de este modo la adherencia de las grasas a las paredes arteriales y la formación de placas de ateroma.
También es capaz de reforzar las paredes de las arterias y de prevenir hemorragias internas.
Se han estudiado también sus efectos beneficiosos frente a la hipertensión arterial, y de hecho, los efectos de su deficiencia son el aumento de enfermedades cardíacas e hipertensión, entre otros.
La vitamina C es necesaria para un sistema inmune eficaz
Es muy estrecha la relación entre la vitamina C y nuestro sistema de defensas.
La vitamina C estimula el sistema de defensas de manera adecuada, previene enfermedades víricas como la gripe o el resfriado y además acorta el tiempo de convalecencia.
También es capaz de inhibir el crecimiento de bacterias de naturaleza dañina y si no ingerimos la suficiente vitamina C se aumenta nuestra susceptibilidad a padecer una infección bacteriana.
La vitamina C es especialmente necesaria para los deportistas
La vitamina C posee un importante papel en la síntesis de colágeno, por lo que es necesaria para mantener la estructura del cartílago. También ayuda a mantener otras estructuras de gran importancia como los huesos y los dientes.
Aquellos deportistas que realizan prácticas de elevado impacto articular, como el running, pueden verse muy beneficiados al incluir la vitamina C en su dieta, ya que una práctica de este deporte sostenida en el tiempo puede conllevar daños a nivel articular y reducir entonces el grado de movilidad.
Además, la vitamina C resulta imprescindible para que el hierro pueda absorberse y el hierro a su vez es necesario para formar la hemoglobina (un transportador de oxígeno) y para prevenir los estados anémicos.
Finalmente es necesario aclarar que para obtener la suficiente vitamina C no es necesario tomarla en forma de complemento nutricional, basta con seguir una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras y hortalizas.