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Viscosidad muscular, ¿la tienes en cuenta?

La viscosidad muscular describe la efectividad y eficiencia de un músculo para hacer el trabajo, es decir, la velocidad a la que tus músculos realizan demandas de movimiento.

Esencialmente, la viscosidad muscular es un mecanismo de seguridad del musculo, donde la secreción de líquido sinovial y la lubricación del músculo inhiben la reacción demasiado rápida del músculo al disminuir la contracción, evitando el desgarro mientras el músculo busca levantar la carga.

¿Cuál es el mecanismo de acción?

Para comprender qué significa la viscosidad muscular y cómo se aplica a tus entrenamientos, debes comprender algunos componentes del músculo y las acciones que la afectan.

La viscosidad muscular influye en la respuesta a un estímulo de dos maneras, por oponerse al acortamiento rápido o al desarrollo de tensión, y al retardar relajación.

  • El musculo cuenta con un saco lleno de líquido (bursa) entre las capas musculares, a menudo cerca de las articulaciones.
  • Además secreta líquido sinovial lubricante, el mismo fluido que lubrica ciertas articulaciones del cuerpo.

La rapidez con que tu cuerpo secreta este líquido y lubrica adecuadamente el músculo para el rendimiento es la piedra angular de la viscosidad muscular.

La viscosidad es sinónimo de roce, hecho que actúa en desmedro de la velocidad de contracción muscular.

Por lo tanto cuanto menor es el roce, mejor se verá facilitada la acción de las fibras musculares, que es el objetivo de todos los atletas. Dicho proceso estará favorecido por la entrada en calor y el aporte de oxígeno.

En otro contexto la reducción de temperatura, la aparición de ácido láctico y el amonio aumentan la viscosidad muscular.

Lubrica tu sistema articular antes de entrenar duro

 



El calentamiento y la viscosidad muscular

Es importante tomarte el tiempo para calentar el cuerpo antes de la actividad física, lo que puede mejorar tu condición de viscosidad muscular.

De esta forma se logra lubricar correctamente las fibras musculares, preparándolas para la fuerza que está a punto de aplicarse sobre los músculos.

Un calentamiento inadecuado no proporciona un tiempo suficiente para la secreción o lubricación adecuada  de los músculos, lo que puede provocar lesiones o desgarros.

Las roturas musculares ocurren con mayor frecuencia cuando las personas intentan levantar cargas pesadas y realizar actividades extenuantes sin un calentamiento y estiramiento adecuados. 

Precisamente, uno de los motivos importantes por los que se debe hacer un buen calentamiento, es el aumento de la temperatura corporal que provoca una disminución de la viscosidad muscular, obteniéndose así un mayor rendimiento muscular.

Paralelamente, la concentración de ácido láctico y de amonio también hace aumentar la viscosidad muscular con el consecuente incremento del “rozamiento” en una sangre más densa, haciendo más lento el movimiento.

Aunque las propiedades viscosas del músculo retrasan la contracción, el movimiento general alrededor de la articulación aumenta a medida que el músculo lubrica.

En otras palabras, la viscosidad muscular mejora la efectividad de la contracción, creando un movimiento equilibrado a medida que se eleva la fuerza. 

Con entrenamientos rápidos, puede no parecer un mecanismo de acción eficiente, pero cuando se trata de proteger tus músculos y mantenerlos activos y libres de lesiones, es un sistema muy efectivo.

El tejido y la viscosidad muscular

La plasticidad del tejido es el resultado de una deformación del tejido muscular cuando se carga más allá de un límite elástico.

Hacer esto continuamente provoca microtraumatismos repetitivos en el músculo; en este escenario tu tejido será menos eficiente en tus movimientos, menos estable y tu rango de movimiento disminuirá.

La viscosidad del tejido es lo que permite que un músculo resista la carga. La visco-elasticidad tisular es una combinación de elasticidad y plasticidad, en lo que respecta al comportamiento.

  • Por ejemplo, si estiras un músculo con una carga baja o presión simple, vas a reaccionar con un comportamiento elástico.
  • Por el contrario, si sometes el mismo músculo a una presión intensa o una carga mayor, se producirá una respuesta plástica.

El principio de viscoelasticidad reacciona a la temperatura y por esta razón, es vital calentar los fluidos corporales y los tejidos musculares antes de estirarte.

Como hablamos anteriormente, esto reduce la viscosidad muscular y permite una flexibilidad y extensibilidad adecuadas. Para ser prácticos, si vas a trabajar los músculos de las piernas, haz bicicleta durante 5-10 minutos y luego estírate para calentar antes de empezar con tus sentadillas o la prensa.

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