Hace doce años, cuando el Hoodia gordonii todavía estaba en zona caliente, a la moda como un ingrediente natural y prometedor para la pérdida de grasa, pensamos seriamente que la industria de los suplementos finalmente accedía a algo eficaz para el proceso de perder peso, pero en realidad nos dimos cuenta que aún no conocemos mucho de la naturaleza.El farmacólogo egipcio Essam Abdel-Sattar pudo haber encontrado un reemplazo digno en el cactus Caralluma quadrangula, que contiene una sustancia esteroide relativamente simple que se denomina Russelioside-B, que muestra algunos efectos notables en estudios con animales.
La planta Caralluma quadrangula crece en todas partes en la península arábiga; de esta planta, los investigadores recuperaron el Russelioside-B similar a los esteroides. Mezclaron esta sustancia a través de la alimentación de ratas; si las ratas hubieran sido adultos humanos, habrían usado aproximadamente 200-300 miligramos de russelioside B [25 mg / kg] o 400-600 miligramos [50 mg / kg] todos los días; durante 16 semanas, los animales recibieron alimentos con calorías adicionales en forma de grasa.
- Un grupo de control recibió alimentos ricos en grasa sin sustancias activas;
- Un segundo grupo de control recibió alimento estándar, incluso sin sustancias activas.
Los resultados mostraron que tanto en la dosis relativamente bajas como en la relativamente altas, el Russelioside-B inhibió considerablemente el crecimiento de las capas grasas, pero la dosis alta funcionó mejor que la baja. No es sorprendente que el russelioside B también inhibiera el crecimiento de las células grasas; el “glucósido de pregnano” protegió la efectividad de la insulina y limitó el aumento de HOMA-IR (una medida de la resistencia a la insulina).
El mecanismo del Russelioside-B
Los investigadores sospechan que el Russelioside-B funciona de más de una manera; una de ellas es que la sustancia inhibe factores inflamatorios como la interleucina 1-beta, la interleucina-6 y el TNF-alfa. Otro posible mecanismo es que el russelioside B hace que las células consuman más energía porque el Russelioside-B inhibió la reducción de UCP-1 y -2 debido a una dieta de alta energía; los UCP-1 hacen que las células conviertan más nutrientes en energía, de una manera menos eficiente.
En fin, el Russelioside-B controló el aumento de peso, mejoró el perfil de lípidos y mejoró el trastorno inflamatorio que acompaña a la obesidad inducida por la dieta y la resistencia a la insulina, escriben los investigadores. Además, moduló la expresión de adipocina y aumentó la expresión y el nivel de proteínas de las enzimas de gasto energético.
Por lo tanto, la acción antiobesidad general del Russelioside-B puede atribuirse, al menos en parte, a sus actividades antiinflamatorias y moduladoras de adipocina además de su efecto favorable sobre el gasto de energía. En este caso, se justifican estudios futuros para investigar las acciones farmacológicas de Russelioside-B en órganos importantes como el hígado y para explorar por completo sus mecanismos compensatorios contra los efectos metabólicos de la alimentación con alto contenido de grasa en ratas, así como su utilización en forma segura en la suplementación deportiva, que es un objetivo clave de la industria de la pérdida de peso.