¿Pueden las proteínas causar daños sobre el riñón? Este sigue siendo un tema que despierta gran controversia y en este artículo tratamos de aclarar todas las dudas que puedas tener al respecto.
Las proteínas, un macronutriente imprescindible
Primeramente es necesario aclarar que las proteínas son un macronutriente que consumido en las cantidades necesarias, lejos de presentar alguna amenaza para nuestra salud es imprescindible para una conservación de la misma.
Esto es debido a que las proteínas tienen función plástica y estructural, es decir, son utilizadas por nuestro organismo como piezas de construcción para formar nuevos tejidos (como el tejido muscular) pero también estructuras de vital importancia para nuestro sistema inmunológico, como son los anticuerpos.
No obstante, al metabolizar las proteínas se liberan sustancias tóxicas como el amoniaco (posteriormente se transforma en urea) y la creatinina, las cuáles deben ser filtradas por el riñón para posteriormente ser eliminadas a través de la orina.
El riñón es uno de los órganos más importantes de nuestro organismo y filtra 125 mililitros de sangre por minuto.
Su función es la de filtrar las sustancias tóxicas de nuestro organismo, entre ellas aquellas que proceden del metabolismo de las proteínas y de hecho, al tomar este macronutriente en las cantidades establecidas el riñón puede llevar a cabo esta tarea sin que repercuta en ningún daño sobre su función.
Por lo tanto vamos a ver cuáles son las cantidades diarias recomendadas de proteínas:
- Personas sedentarias: 0,8 gramos por kilo de peso corporal
- Personas que se inician en el ejercicio físico o lo practican con moderación: 1 – 1,2 gramos por kilo de peso corporal
- Personas que desean ganar masa muscular: 1,7 – 1,8 gramos por kilo de peso corporal
¿Qué sucede cuando tomamos más proteínas de las que necesitamos?
Se han realizado estudios con personas sanas a las cuales se les ha suministrado 2,8 gramos de proteína diariamente y se ha observado que la función del riñón se ha mantenido estable sin presentar ningún daño.
No obstante, no podemos tomar estos resultados como una carta blanca para disparar nuestro consumo de proteínas, ya que estos estudios no se sostienen por periodos de tiempo muy prolongados.
Lo ideal para evitar sobrecargar a nuestro riñón (y esta sobrecarga existe, sino nadie recomendaría aumentar la ingesta de agua a medida que se aumentan las proteínas) es obtener las proteínas que necesitamos a través de la alimentación, y si no cubrimos este requerimiento, obtenerlas a través de los suplementos deportivos, pero bajo ningún concepto sobrepasar los requerimientos necesarios en base a nuestro nivel de actividad física.
Además del riñón, el hígado es otro órgano importante en la metabolización de las proteínas, y si bien el consumo de éstas no se ha asociado a un daño renal, sí se ha asociado a una acidificación del organismo y a un mayor riesgo de sufrir cáncer, algo demostrado en el trabajo “La causa primaria del cáncer”, trabajo que obtuvo el premio Nobel en ciencias.