Metabolismo “lento” y ganancia de peso corporal
La obesidad es un problema actual para la población a nivel mundial. Es la pandemia del siglo XXI.
Seguro que alguna vez has escuchado las siguientes afirmaciones:
– “Yo es que soy de metabolismo lento”
– “Yo es que soy de huesos anchos”
La segunda afirmación, bajo mi punto de vista, se cae por si sola. Siempre tenemos fotos como la siguiente que la desmontan completamente:
Pero la primera afirmación sí que es “debatible”, al menos desde el punto de vista científico.
Un metabolismo más elevado facilita las cosas a la hora de perder grasa corporal, o evitar una posible ganancia de peso, debido a un mayor margen para no llegar a un excedente energético.
La ganancia de peso corporal a largo plazo es consecuencia de un desbalance energético entre la ingesta y el gasto calórico (GC).
También tenemos que tener en cuenta que nuestro peso corporal es un factor determinante en el GC y en el ritmo metabólico basal (este último se suele mantener más o menos estable a pesar de la variación en la ingesta calórica que existe de un día para otro).
El ritmo metabólico basal es de especial interés, ya que supone casi un 60% de las calorías que gastamos a lo largo del día en muchos casos.
Es decir, lo que más calorías hace que gastemos a lo largo del día, es sin duda nuestro metabolismo.
Por lo que a lo largo del día, podríamos dividir nuestro gasto calórico entre las siguientes variables:
– Ritmo metabólico basal
– Actividad física
– Termogénesis inducida por la dieta (las calorías que gastamos a la hora de descomponer ciertos alimentos)
Vale la pena mencionar, que las calorías que gastamos a la hora de “procesar” las proteínas, es mucho mayor en comparación a las grasas y a los carbohidratos.
Esto nos lleva a pensar que si tenemos un ritmo metabólico basal especialmente bajo, tendremos que realizar muchísima actividad física para compensar, y nos será más difícil perder grasa, o incluso tendremos más facilidad para ganar peso.
Para responder a esta pregunta, nos centraremos en este estudio realizado recientemente (1).
Había dos grupos, uno denominado low-BMR (ritmo metabólico basal bajo) y otro denominado high-BMR.
La diferencia entre el ritmo metabólico basal de ambos grupos era de casi 500 calorías, pero el grupo con un ritmo metabólico basal más bajo no tuvo más facilidad para ganar peso.
Los autores mencionaron que aunque el estudio no era concluyente, y que el ritmo metabólico basal jugaba un papel importante en la mantención del peso corporal, la actividad física y la alimentación parecía jugar un papel mucho más importante.
Mi conclusión es ligeramente diferente, ya que considero que tener un metabolismo más acelerado facilita las cosas, pero no es motivo para excusarse.
La persona que tiene un porcentaje de grasa elevado hoy en día no es consecuencia de un metabolismo más lento, sino de una serie de circunstancias, ya que sabemos que la obesidad es multifactorial.
Con este artículo lo que pretendo es trasmitir información real, y motivar a las personas que quizás no están en un peso saludable a perder grasa, y no excusarse o ampararse en una mala genética.
Si quieres mejorar sí o sí, empieza a realizar entrenamientos de fuerza con pesas y comer comida real.