En general, la lectura de las emociones faciales se ve interrumpida por la psicopatología, como el autismo, y la función alterada del neurotransmisor, como la serotonina que trabaja por la vía del L-triptófano. Estos efectos podrían resultar de la reducción de la sensibilidad de los sistemas de procesamiento emocional a la emoción facial.
El impacto de la expresión facial también es mayor cuando se dirige personalmente que cuando se evita; por lo tanto, se planteó la hipótesis de que la actividad cerebral asociada con la representación emocional sería más susceptible a la manipulación de la función de la serotonina.
El mecanismo de acción del triptófano
El aminoácido triptófano, un precursor de la serotonina se ha utilizado ampliamente como un suplemento nutricional y antidepresivo. Para determinar la biodisponibilidad de una fuente nutricional de L-triptófano obtenida de la proteína de la leche y evaluar si la administración de este compuesto produce efectos neuroendocrinos y neuropsicológicos consistentes con una mayor actividad de la serotonina cerebral se ha hecho un estudio desarrollado con humanos que los psiquiatras británicos del Hospital Warneford de Oxford publicaron en 2003 en la revista Psychopharmacology.
El estudio cita que dos horas después de tomar un suplemento con el aminoácido L-triptófano, la inteligencia emocional aumenta significativamente y puede medir mejor las emociones de las personas en su entorno. La evidencia fue puesta de manifiesto cuando los investigadores experimentaron su uso con 24 mujeres adultas, que fueron divididas en dos grupos; un grupo recibió seis cápsulas sin sustancias activas y el otro grupo otras seis sustancias pero con un contenido de 1,8 g de L-triptófano.
Las cápsulas contenían un total de 2.2 gramos de lactoferrina hidrolizada, una proteína de suero que contiene una gran cantidad de L-triptófano; la proteína hidrolizada fue producida por una marca reconocida durante el cambio de siglo, cuando se producía alimentos funcionales que mejoran el estado de ánimo. En este caso, la marca reconocida no patrocinó la investigación hecha por los universitarios.
Midiendo las emociones según la expresión facial
Los resultados mostraron que una hora y media o dos horas después de la ingesta, la concentración de L-triptófano en la sangre de las mujeres en el grupo de triptófano fue la más alta. Para comparar los datos, los investigadores dejaron las fotos de las chicas según una serie imágenes de afecto facial; en estas fotografías, los modelos de rostros genéricos mostraron las expresiones faciales asociadas con las seis emociones humanas más básicas, como la sorpresa, el miedo, la felicidad, la ira, el disgusto y la tristeza.
Los investigadores pidieron a las chicas que indicaran qué emociones interpretaban esos rostros, demostrándose que las chicas que tomaron la bebida con L-triptófano mejoraron principalmente el reconocimiento de la ansiedad y, en menor medida, de la felicidad. Hubo una tendencia a que la suplementación también mejoró el reconocimiento de las otras emociones, pero en esos casos las diferencias entre los dos grupos no fueron estadísticamente significativas.
En este escenario, el reconocimiento mejorado de la felicidad fue de importancia límite, aunque requieren estudios adicionales para evaluar si esto representa una verdadera consecuencia de la administración de L-triptófano, ya que se sospecha que fue por el efecto sobre la serotonina. Estos datos sugieren que la administración frecuente de triptófano de origen nutricional tiene un efecto detectable en el reconocimiento de las expresiones faciales, que es probable que esté mediada a través de cambios en la función cerebral de la serotonina; en fin, mejora la inteligencia emocional, que de una forma directa puede afectar notablemente la función empática en condiciones asociadas como la felicidad o la depresión ante ciertas situaciones.
Fuente
- Psychopharmacology Research: Acute administration of nutritionally sourced tryptophan increases fear recognition