La música te permite entrenar más intensamente, sobre todo cuando es más pesado o agotador.
Esto se desprende de un estudio que investigadores croatas e italianos publicaron en Frontiers in Psychology anteriormente; el efecto de la música que mejora el rendimiento se manifiesta especialmente en el entrenamiento aeróbico, pero los atletas de fuerza o los del Crosstraining (e incluso otros deportistas) también pueden beneficiarse de él.
El uso de la música durante el entrenamiento representa un paradigma especial para que los entrenadores estimulen a los atletas que realizan diferentes tipos de ejercicio. Sin embargo, la relación entre el ritmo de la música y la percepción del esfuerzo durante las diferentes demandas metabólicas aún no está clara. Por lo tanto, el objetivo de esta investigación fue determinar si el ejercicio de alta intensidad es más sensible a los efectos beneficiosos de la música que el ejercicio de resistencia.
El mecanismo de la música sobre el ejercicio
Los investigadores lograron que 19 chicas entusiastas del fitness de entre 24 y 31 años de edad en diferentes ocasiones caminaran 10 minutos a paso ligero en una cinta de correr o hicieran press de piernas.
- Las chicas tenían que hacer una serie de 10 repeticiones con pesos cada vez más pesados.
- Sobre la base de la última serie completa, los investigadores calcularon el peso con el que las chicas podrían hacer 1RM (repetición máxima).
A veces las chicas entrenaron sin música [periodo NM], mientras otras veces, entrenaron mientras escuchaban música pop con 90-110 pulsos por minuto o bpm [periodo BAJO], 130-150 bpm [periodo MEDIO] o 170-190 bpm [periodo ALTO].
Especialmente en la sesión de cinta caminadora, la música elevó el rendimiento físico a un nivel superior, pues cuando las chicas caminaron en la cinta, el ritmo cardíaco aumentó mientras escuchaban música. Lo mismo ocurrió cuando tuvieron que hacer el press de piernas; si escuchaban la música a 170-190 bpm [periodo ALTO], el 1RM calculado era significativamente 3 kilos más que en las otras condiciones.
En las tablas a continuación, se puede ver qué diferencias fueron estadísticamente significativas y cuáles no.
Aunque la música alentó a las chicas a entrenar más intensamente, la música también redujo la sensación de cansancio y estrés físico y cuanto mayor fue los pulsos por minúto de la música, más fuerte fue el efecto; este fue especialmente el caso con la sesión aeróbica.
En este estudio se descubrió que escuchar música a ritmo alto mientras se entrena resulta en una frecuencia cardíaca más alta y el esfuerzo percibido más bajo en comparación con no escuchar música según los científicos de la Universidad de Verona en Italia, que llevaron a cabo esta investigación, la cual fue publicada el día de hoy en la revista Science Daily.
Esto significa que el ejercicio puede producir menos esfuerzo o percepción de esfuerzo, pero es más beneficioso en términos de mejorar la condición física. Se añade, que en el estudio actual se investigó el efecto dela frecuencia del sonido, pero en un futuro estudiarán los efectos de otras características de la música, como el género, la melodía o la letra y, dividir cual tipo de música pudiere servir para hacer determinados aeróbicos, cual para ciertos ejercicios de fuerza u otros tipos de ejercicio, así como el yoga o la meditación, que tiene casi determinada su tipo de melodía.
Fuente
- Frontiers in Psyshology Research: The Psychophysiological Effects of Different Tempo Music on Endurance Versus High-Intensity Performances