La inulina ha sido parte de nuestra dieta diaria durante cientos de años, ya que la encontramos en muchas frutas y verduras, como el plátano, la cebolla y el trigo, pero la raíz de la achicoria es la mejor aportante del compuesto. Es un tipo de fibra, lo que significa que es un carbohidrato de origen vegetal cuyos enlaces no pueden romperse con las enzimas digestivas humanas.
Como todas las fibras, por lo tanto, la inulina dietética no se digiere en el intestino delgado, sino que viaja intacta al colon (intestino grueso), lo que la convierte en forraje para las bacterias intestinales residentes y contribuye a la mayor parte de nuestras heces. La inulina que se aísla de las raíces de las plantas de achicoria son parte de la atención científica, pues se está agregando a una gran cantidad de investigación sobre fibras prebióticas.
Un estudio importante hecho por investigadores húngaros se centró en el uso de prebióticos en niños de 3 a 6 años, lo que podría fortalecer el uso de los suplementos prebióticos en niños pequeños.
La suplementación y la salud de los niños
Las fibras prebióticas ya abundan en el mercado global; se comercializan para personas mayores, adultos, niños e incluso en fórmulas para bebés. Pero la investigación de apoyo es tan variada como la base del mercado; para cerrar la brecha, Beneo GmbH (Mannheim, Alemania) financió un estudio sobre su fibra de raíz de achicoria utilizada en un jardín de infantes. Beneo es un fabricante de numerosas fibras funcionales, incluida la inulina Orafi de raíz de achicoria; Orafti fue el ingrediente activo en este estudio que aunque sea de un carácter patrocinado, tuvo su visto bueno por la Unión Europea en términos de conclusiones científicas.
Con su sistema inmunológico aún en desarrollo, los niños en el jardín de infantes comúnmente experimentan diarreas, fiebres y otros problemas de salud inmunológica. Agregar prebióticos a su dieta, por lo tanto, tiene sentido; estos ingredientes ya han demostrado ser prometedores cuando se usan en fórmulas para bebés por razones similares.
Durante el curso de seis meses de un otoño e invierno, los médicos asignaron a casi 300 niños a una dosis diaria de fibra de raíz de achicoria (con inulina) o placebo de maltodextrina mezclada con su comida o bebida. Fue una dosis modesta de 6 g con la supervisión coordinada de médicos y padres, en donde 209 niños terminaron el estudio, que incluyó evaluaciones de deposiciones, visitas al médico y evaluación de la fiebre, y registros de cualquier enfermedad que requiriera atención médica.
Cuando todo estuvo dicho y hecho, los investigadores dijeron que la inulina de raíz de achicoria se asoció con deposiciones más blandas, recuentos más altos de bacterias beneficiosas (Bifidobacterium y Lactobacillus) en las heces y menos fiebres que requieren atención médica.
Los estudios infantiles ya han demostrado que los prebióticos de origen no lácteo pueden imitar el efecto prebiótico de la lactancia materna y, en consecuencia, tienen efectos positivos en el desarrollo postnatal del sistema inmunológico escribió el investigador principal, y agregó que los estudios en niños un poco mayores también apoya la idea de que los prebióticos como la inulina vegetal pueden beneficiar la salud y la digestión inmune.
Si la investigación continúa confirmando el potencial de Orafti para mejorar la salud de los niños, podría significar aplicaciones más amplias para la inulina a base de achicoria en alimentos manufacturados e incluso alimentos en el hogar o en la escuela. La inulina mediante la achicoria es relativamente fácil de incorporar a una variedad de alimentos y bebidas sabrosas elaboradas y frescas.