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Los alimentos que consumimos se pueden dividir en dos grandes categorías; nutrientes esenciales y nutrientes energéticos. Los nutrientes esenciales son necesarios para un funcionamiento normal del sistema metabólico, hormonal, enzimático e inmunológico, pues proporcionan los ingredientes básicos necesarios para construir y mantener los componentes estructurales del cuerpo, incluida la piel, el cabello y el tejido muscular.
Los nutrientes esenciales
Los nutrientes esenciales no pueden ser producidos por el cuerpo y deben obtenerse a través de la dieta, por lo tanto, su ingesta nunca debe verse comprometida, independientemente de los esfuerzos para reducir las calorías para la pérdida de grasa. Se pueden cortar los nutrientes energéticos, pero nunca los nutrientes esenciales.
La base de cualquier plan de dieta completa debe contar con alimentos y verduras con proteínas magras y de origen animal, NO “pizza cero en carbohidratos” o “galletas bajas en calorías” o cualquier otro alimento bajo en grasas o carbohidratos que erróneamente puede hacer sentir bien al que desea llegar a un cuerpo esbelto.
Los animales y las plantas nos proporcionan los nutrientes esenciales y los micronutrientes que necesitamos, en las cantidades y proporciones correctas que la madre naturaleza pretendía. Ellos fueron la base de las dietas de las que evolucionamos. Por tanto, tiene sentido que sean la base de una dieta moderna orientada a optimizar la salud y mejorar la composición corporal.
La estrategia es establecer aminoácidos (proteínas esenciales) a 1.5-2.0 gramos por kilogramo para los atletas que entrenan duro, pero se puede ir aumentando de acuerdo al nivel de exigencia del cuerpo. Por otro lado están los ácidos grasos esenciales que se obtienen como subproducto de las fuentes de proteínas magra y animal, pudiendo ir de 0,4 a 0,5 gramos por kilogramo de peso corporal.
Los nutrientes energéticos
Más allá de tener en cuenta los nutrientes esenciales, el resto de la ingesta de alimentos es simplemente una fuente de energía. Cambiar la composición corporal se reduce a variar la ingesta de nutrientes energéticos; al establecer los aminoácidos esenciales y las necesidades de ácidos grasos esenciales lo demás es regular la dieta. La grasa de la dieta es una fuente de energía al igual que los carbohidratos son una fuente de energía y no hay misterio para la pérdida de grasa realmente.
Necesitamos reducir el consumo de energía lo suficiente como para crear el déficit de calorías necesario, de modo a obligar a nuestros cuerpos a aprovechar una fuente interna de combustible de reserva, es decir, grasa corporal. Esto se puede lograr reduciendo la ingesta de carbohidratos, reduciendo la ingesta de grasa, o ambos.
En otras palabras, la ingesta de proteínas y vegetales permanece constante, la ingesta de carbohidratos y grasas puede subir o bajar según sea necesario. Entonces, simplemente manipulamos esos macronutrientes en función de nuestro estado actual, tipo de cuerpo y objetivos físicos y lograremos los objetivos trazados.
Muchas personas con sobrepeso, sedentarios y resistentes a la insulina han mejorado la sensibilidad a la insulina, el control del azúcar en la sangre, biomarcadores de la salud y han perdido un gran porcentaje de grasa corporal en planes con bajo contenido de carbohidratos dentro de una dieta paelo por ejemplo. El problema es que muchos culturistas y atletas se suben a este escenario siguiendo planes nutricionales basados en regular por debajo de las necesidades básicas de carbohidratos y ahí empiezan los problemas.
¿Quién tiene la razón sobre los nutrientes ?
El hecho de que las personas hayan logrado excelentes resultados de pérdida de grasa con métodos tan diferentes sugiere que ambas tendencias son razonables pero son parcialistas. La investigación científica y la evidencia anecdótica se pueden encontrar para respaldar cada una también, pero todo tiene que ver con la individualidad biológica y el tipo de entrenamiento, para tomar decisiones acertadas.
Parecería que en la tierra se está desmoronando en el clima anti-macronutriente de hoy en día, pero incluso una dieta balanceada (es decir, dieta de zona o isocalórica) puede funcionar. El razonamiento de varios científicos se vincula literalmente entre la fisiología del ejercicio y la dinámica del combustible.
En fin, los sedentarios y resistentes a la insulina responden mejor a las dietas bajas en carbohidratos, y los atletas anaeróbicos responden mejor a las dietas basadas en carbohidratos y proteínas, por tanto la estrategia puede ser distribuir las calorías restantes procedentes de los nutrientes energéticos entre las grasas de los alimentos integrales o los carbohidratos naturales con almidón, según la situación individual.
Fuente:
- The Samurai Diet: The Science and Strategy of Winning the Fat Loss War