¿Escuchar música durante la sesión de entrenamiento mejora tu rendimiento? La música como compañera del deporte nos afecta alterando nuestra psicología y nuestra fisiología, pero no siempre de la manera más positiva o deseada. Descubre cómo te afecta escuchar música según el tipo de ejercicio que realizas.

Escuchar música en el ejercicio aeróbico

Generalmente aquellas personas que realizan ejercicio aeróbico como ciclismo, running o spinning, escuchan música mientras entrenan ya que la asocian a una mayor motivación y una menor percepción de la fatiga.

Justamente estos son algunos de los efectos principales que produce la música en el ejercicio aeróbico y que han sido analizados mediante diversos estudios.

Estos estudios concluyen que generalmente la música es una buena aliada en el ejercicio aeróbico ya que posee diversos beneficios respecto a este tipo de actividad:

• Escuchar música retrasa el agotamiento y la fatiga mental.
• La música motivadora eleva nuestro ánimo y nuestras emociones positivas.
• La percepción del esfuerzo realizado disminuye.
• Las concentraciones de lactato en sangre que se derivan de la actividad física también se encuentran disminuidas ante la presencia de música.
• El tiempo y ritmo de la música escogida puede influenciar directamente en la frecuencia cardíaca del deportista.

No obstante, a pesar de todos estos beneficios, se debe ser prudente sobre todo cuando se entrena en vías públicas abiertas al tráfico, porque una distracción excesiva podría aumentar enormemente el riesgo de sufrir un accidente.

Los atletas de élite también deben ser especialmente prudentes, ya que por sus características necesitan percibir con la mayor rapidez posible la fatiga, y la música retrasa y enmascara la aparición de la fatiga y el agotamiento.

Escuchar música durante el ejercicio anaeróbico

La música también puede ser útil para realizar deporte anaeróbico como por ejemplo el culturismo o la halterofilia, pero no nos afecta del mismo modo que en el ejercicio de resistencia o aeróbico.

Las consideraciones que debemos tener en cuenta si queremos escuchar música mientras ejercitamos nuestra fuerza son las siguientes:

• Escuchar música durante el calentamiento aumenta la motivación y puede aumentar el rendimiento.
• Escuchar música con cascos mientras se realiza el programa de entrenamiento reduce el rendimiento en términos generales, ya que la música evade nuestra atención y perdemos la concentración necesaria  para realizar el ejercicio de una manera adecuada.
• Lo que es interesante, es que escuchar con cascos una música que NO nos guste puede intervenir beneficiosamente en el ejercicio anaeróbico. Esto es debido a que cuando escuchamos música que no es de nuestro gusto entramos en un estado de ansiedad, que si bien por nosotros no es advertido como tal, en nuestro cuerpo produce una activación neuroendocrina y se aumentan los niveles de cortisol y testosterona.

Podemos concluir que si bien la música es capaz de afectar nuestro ánimo y emociones de forma positiva, los efectos restantes sobre el ejercicio no siempre son igual de beneficiosos y dependerán en gran parte del tipo de ejercicio que realicemos y del tipo de música que seleccionemos, debemos tener en cuenta que no  es lo mismo escuchar música ambiental que escuchar música con cascos.

Tampoco la música afecta a todas las personas por igual, así que lo mejor para evaluar su efecto en tu entrenamiento es que estés pendiente de tus sensaciones corporales y mentales, durante la sesión de ejercicio y al final de la misma.