Un grupo de investigadores del medio oriente de la Universidad de Teherán de Ciencias Médicas de Irán y de la Universidad Politécnica Sulaimani realizaron un estudio científico para evaluar si la ingesta de vitaminas C y D, combinado con el entrenamiento, disminuiría el riesgo de síndrome metabólico.
¿Qué pueden hacer ambas vitaminas?
Para desarrollar sus conclusiones, los asiáticos reclutaron 180 participantes hombres y mujeres de 30 a 50 años y los asignaron al azar en seis grupos: los participantes en el grupo de vitamina C tomaron 500 mg de suplementos de vitamina C cada mañana, mientras que los del grupo de vitamina C más AF (actividad física) cada uno tomó la misma dosis a las 7:30 a.m. o 3 p.m. y realizó 30 minutos de entrenamiento diario.
Los participantes en el grupo de vitamina D tomaron 2,000 UI en forma de cápsulas cada mañana, y los del grupo de vitamina D más AF tomaron la misma dosis, siguiendo la misma rutina de suplementos y entrenamiento que el grupo de vitamina C más PA. Finalmente, hubo dos grupos de placebo: uno participó en 30 minutos de entrenamiento diario, mientras que el otro no.
El período de intervención duró tres meses, durante los cuales los investigadores recopilaron datos para el análisis. Posteriormente informaron que la vitamina D había tenido una mayor influencia en el síndrome metabólico que la vitamina C, según las variaciones en los efectos de los dos suplementos en las variables corporales, como la glucemia en ayunas, el colesterol total, el colesterol LDL y la presión arterial.
Sin embargo, se encontró que la vitamina C es más efectiva para reducir la circunferencia de la cintura, así como los niveles de triglicéridos y HDL. Aún así, no hubo una diferencia significativa entre el efecto de la vitaminas C y D en la circunferencia de la cintura.
Contrastando las investigaciones
Estos hallazgos fueron respaldados por investigaciones previas, que habían implicado que los cambios en la circunferencia del peso eran notables solo en individuos con sobrepeso, no en individuos sanos o con bajo peso. Además, otro estudio informó que la suplementación diaria con 1,000 UI de vitamina D para mujeres con sobrepeso y obesas había dado como resultado una reducción significativa en la masa de grasa corporal, pero no en la circunferencia de la cintura.
Los investigadores agregaron que si bien la suplementación con vitamina D sola no tuvo ningún efecto sobre el peso, podría afectar el peso cuando se combina con el entrenamiento, aunque se necesitaran más estudios para evaluar adecuadamente esta hipótesis.
Al analizar los datos del presente estudio sobre el efecto de las vitaminas C y D, los participantes en el grupo de vitamina D más AF también experimentaron una disminución de la presión arterial sistólica, pero no se observó lo mismo en aquellos que habían tomado vitamina C. En términos de glucosa plasmática en ayunas, ni la vitamina C ni la D provocaron cambios significativos, y los niveles de triglicéridos tampoco tuvieron interacción significativa con ninguna de las dos.
Además, la vitamina D tuvo un mayor impacto en el colesterol LDL, mientras que la vitamina C tuvo un mayor impacto en el colesterol HDL. Los investigadores escribieron que “los resultados opuestos pueden explicarse por las diferencias en la presencia funcional de colesterol LDL o colesterol HDL dentro del cuerpo”.
Agregaron además, que si bien las principales limitaciones del estudio sobre vitaminas C y D eran su pequeño tamaño de muestra y su corta duración, sin embargo concluyeron “El consumo de vitamina D o suplementos de vitamina C puede mejorar la vida de las personas con síndrome metabólico, pero, la combinación de actividad física y suplementos vitamínicos maximiza el efecto, y esta combinación debe recomendarse cuando se trata de medicina, nutrición o entrenamiento deportivo.