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Definimos la intolerancia como la hipersensibilidad a algunos compuestos, que provoca una cierta reacción no impulsada por el sistema inmunológico.
Es decir, el sistema inmunológico no está involucrado en una intolerancia alimentaria, que en cambio, la vemos como una alergia.
Esta alergia es una respuesta del sistema inmunológico contra algún elemento, ya sea alimentario o de cualquier índole, donde se producen anticuerpos para combatir el alérgeno dañino.
Aquí, un individuo con alergia a la lactosa, aun puede consumir leche cuando se elimina de ella la lactosa, sin causarle ninguna reacción digestiva.
Por otro lado, una persona alérgica a la leche, no puede consumirla porque su sistema inmunológico ha creado anticuerpos contra las proteínas de la leche.
De esta manera, ataca causando los síntomas clásicos de alergia: erupción cutánea con picazón, hinchazón y dificultad para respirar.
El anticuerpo IgG
Los anticuerpos son producidos por las células B de nuestro sistema inmunológico adaptativo que se compone de dos partes, la innata y la adaptativa.
- La innata es bastante básica, ya que ataca a todo lo que no es parte de “nosotros”.
El sistema inmunológico adaptativo es un poco más lento para responder, pero tiene una “memoria”, que actúa en consecuencia.
La próxima vez que encuentre algo desagradable o “intolerancia”, por lo general lo trata antes de que notemos que estamos enfermos.
Una de las principales armas en el arsenal del sistema inmunológico adaptativo es el anticuerpo o inmunoglobulina, de las que existen diferentes tipos y son específicas para atacar diferentes proteínas, cada uno con un papel diferente en el sistema inmunológico.
El anticuerpo más famoso es probablemente el IgE, que trata las infecciones parasitarias, pero es más conocido como el anticuerpo detrás de las reacciones alérgicas.
Otro anticuerpo es el IgG, que está involucrado en un proceso llamado fagocitosis que involucra a ciertas células del sistema inmunológico (macrófagos) que envuelven bacterias y las destruyen.
La ciencia de la intolerancia alimentaria IgG
En 2012, investigadores de Noruega examinaron el vínculo entre la IgG, IgG4 y el síndrome del intestino irritable (SII).
El SII es una afección relacionada con los alimentos que tiene muchos de los síntomas relacionada a una intolerancia alimentaria, hinchazón y cambios en los hábitos intestinales, por lo que se han intentado vincular la afección a los anticuerpos IgG.
- En el estudio noruego, compararon anticuerpos IgG e IgG4 específicos de alimentos de sujetos con SII y sin síntomas.
Los investigadores no solo descubrieron que los anticuerpos IgG e IgG4 del grupo SII no coincidían con sus alimentos desencadenantes, sino que no hubo diferencias de los niveles con el grupo de control.
Los investigadores concluyeron que era poco probable que los anticuerpos IgG e IgG4 desempeñaran un papel en el SII.
- En este estudio concluyeron que la presencia de estos anticuerpos simplemente refleja la dieta.
- Para decirlo simple, cuanto más comes de algo, más IgG específica para ese alimento tienes.
En los últimos años se ha hecho evidente que la IgG, y en particular la IgG4, no es solo un reflejo de una dieta, sino un marcador de intolerancia y protege contra las reacciones alérgicas.
¿Y la Inmunoterapia?
Durante la inmunoterapia, las personas alérgicas evitan la intolerancia no reduciendo su número de IgE sino aumentando su número de IgG1 y en particular de IgG4.
Los anticuerpos IgG4 compiten con los anticuerpos IgE y evitan que se adhieran a los mastocitos y evitan que causen reacciones.
Cuando se trata de proteínas alimentarias, el anticuerpo IgG y, en particular, la subclase IgG4 parecen tener efectos antiinflamatorios que evitan reacciones alérgicas (e intolerantes) en individuos alérgicos y no alérgicos.
Fuente
- Breaking Muscle: Food Intolerances: Should I Get Tested?