Diferencias entre corazón deportivo y corazón sedentario: El ejercicio induce cambios positivos en todo nuestro organismo, también en el músculo más importante que poseemos, el cardíaco. En este artículo te hablamos de las diferencias más importantes entre un corazón deportivo y uno sedentario.
El ejercicio físico cuida tu corazón
Seguramente hayas escuchado decir alguna vez que al caminar no sólo trabajas tus músculos sino también tu corazón, y efectivamente es así, ya que cualquier tipo de ejercicio físico tiene beneficios no sólo para la circulación venosa sino también para la circulación arterial.
Cuando el ejercicio físico es intenso también se logra un efecto protector para el corazón y en contra de lo que se pudiera llegar a pensar se alarga la esperanza de vida, incluso cuando hacemos referencia a una intensidad máxima, ya que no cabe duda de que en cualquier versión el ejercicio físico es una herramienta imprescindible para la salud y bienestar.
Al realizar una actividad física muy intensa la frecuencia cardíaca podría llegar a límites peligrosos que podrían inducir un colapso, es por ello que el corazón se protege reduciendo su frecuencia cardíaca en reposo y este mecanismo adaptativo conlleva otros cambios para el corazón del deportista.
¿Qué diferencias existen entre un corazón deportivo y un corazón sedentario?
Los cambios que induce el ejercicio físico en el corazón son altamente saludables y marcan diferencias muy importantes entre un corazón entrenado y otro sedentario:
- El corazón de un deportista tiene menos riesgo de contraer otras enfermedades: Enfermedades como la diabetes o la hipertensión arterial aumentan el riesgo cardiovascular, con el ejercicio físico se logra prevenir más fácilmente estas enfermedades y con ello el corazón posee un menor riesgo de enfermarse.
- La frecuencia cardiaca se reduce: La frecuencia cardiaca normal de una persona sana oscila entre las 60 y 100 pulsaciones por minuto, aunque en deportistas muy entrenados esta frecuencia puede llegar a reducirse hasta las 20-40 pulsaciones por minuto, por increíble que parezca. Un corazón que no realiza ejercicio puede llegar a superar un rango de frecuencia normal, de esta forma es posible sufrir una cardiopatía aún siendo joven.
- Mayor facilidad para alcanzar el máximo esfuerzo: El corazón de un deportista tiene la capacidad de bombear hasta 5 veces por encima de las pulsaciones en reposo, por lo tanto, puede alcanzar un esfuerzo muy intenso por debajo de las 180 pulsaciones por minuto, y además, puede sostener este esfuerzo durante un mayor periodo de tiempo.
- El corazón se protege desde la infancia: Son diversos los estudios que determinan que los niños y adolescentes deportistas tienen un mejor rendimiento académico, del mismo modo, también cuentan con un mejor estado del sistema cardiorespiratorio, previniendo desde las primeras etapas de vida el desarrollo de enfermedades coronarias.