ÍNDICE
- Fuentes de energía
- Relación entre glucosa y ácidos grasos libres
- Pero… no se puede vivir sin carbohidratos no?
- Conclusión
- Hasta aquí el primer artículo sobre la dieta cetogénica. Espero que os haya gustado y os sea útil para entender los futuros artículos sobre esta dieta. Si tenéis cualquier duda, dejádmela en los comentarios y os responderé encantado. Un abrazo!
En este primer artículo sobre la dieta cetogénica, haremos una introducción sobre la utilización de los sustratos de energía.
Fuentes de energía
Existen cuatro fuentes de energía, aunque normalmente solo se nombran tres, los hidratos de carbono, proteína, ácidos grasos libres y por último, las cetonas. Estas se almacenan por todo el cuerpo en distintas proporciones siendo principalmente las reservas de ácidos grasos (en el tejido adiposo). La mayoría de gente tiene energía almacenada en forma de grasa para sobrevivir semanas o incluso meses sin ingerir nada de comida.
La utilización de una fuente de energía u otra dependerá del estado metabólico del cuerpo siendo determinante la disponibilidad de carbohidratos (glucosa y glucógeno muscular) y en consecuencia de los niveles de ciertas hormonas aunque encontramos otros factores como el nivel de glucógeno hepático.
Bajo niveles dietarios normales, las cetonas no se usan para producir energía pero en cambio, en condiciones cetogénicas o de ayuno, estas tienen una función importante especialmente en el cerebro.
Relación entre glucosa y ácidos grasos libres
En general, el cuerpo usara como fuente de energía lo que encuentre en la sangre en la misma proporción. Es decir, si se incrementa la concentración de glucosa en sangre, el cuerpo usara glucosa principalmente. Por otro lado, si se reduce la cantidad disponible de carbohidratos, el cuerpo usará grasa como fuente de energía principal.
Cuando hay suficiente cantidad de glucosa, el cuerpo prefiere usarla como combustible a excepción del corazón que usa una mezcla de glucosa, ácidos grasos libres y cetonas. Como fuentes de glucosa encontramos principalmente la ingesta de hidratos de carbono aunque existen otras formas como la conversión de la glucosa del hígado a través de la gluconeogénesis (proceso de creación de glucosa) o ciertos aminoácidos como la alanina o glutamina.
Este último proceso de obtención de glucosa no suele usarse cuando hay disponibilidad de carbohidratos y de ahí que se diga que la ingesta de hidratos de carbono ayuda a no perder musculo pero también del uso de grasa como fuente de energía. Con esto no quiero decir que se pierda musculo con dietas bajas en carbohidratos sino que habrá que prestarle atención a la ingesta de proteínas las primeras semanas con aminoácidos suficientes para la gluconeogénesis. No obstante, si se aumenta la ingesta de grasa, no habrá necesidad de producir energía a través de la proteína ya que además, convertir la proteína en energía es un proceso demasiado costoso.
Pero… no se puede vivir sin carbohidratos no?
La mayoría de tejidos del órgano si pueden como son el corazón o el musculo pero hay otros como el cerebro o las fibras musculares tipo II que no pueden y por consecuencia necesitan glucosa. De esto que os acabo de comentar, surgió el mito de que ‘el cerebro SOLO funciona con glucosa’. Esto es parcialmente cierto ya que realmente hay otra fuente posible de energía, las cetonas cuando estas están disponibles pudiendo llegar a funcionar tras adaptarse hasta un 75% con cetonas. Conseguir esto dependerá como hemos comentado anteriormente, de la concentración de estas en sangre. La adaptación por los tejidos del uso de glucosa a otro de estos dos sustratos energéticos se conseguirá en unas 2-3 semanas
Factores que influencian el sustrato energético
1. Ingesta de cada nutriente
Como ya hemos comentado, el cuerpo usara una fuente u otra dependiendo de su disponibilidad y concentración en sangre. Cuando ingerimos carbohidratos o proteína, usamos más estas fuentes pero comer más grasa no hará que oxidemos más grasa. Esto dependerá del consumo de carbohidratos y alcohol. El máximo uso de ácidos grasos se producirá cuando se restringen los carbohidratos.
2. Depósitos de energía en nuestro cuerpo
3. niveles de ciertas hormonas como la insulina y glucagón
La principal hormona que regula que sustrato va a usar nuestro cuerpo es la insulina. Esta hormona es secretada en el páncreas principalmente cuando se incrementa la cantidad de glucosa en sangre. Cuando se incrementa la glucosa en sangre, aumenta la cantidad de insulina que provoca que esta glucosa sea almacenada como glucógeno. Su principal objetivo en mantener los niveles de glucosa entre 80-120mg/dl.
El glucagón es como una hormona contraria que también es secretada en el páncreas con la misma función, mantener adecuados los niveles de glucosa incrementándola cuando esta concentración se reduce. Principalmente, se estimula la degradación de glucógeno hepático al riego sanguíneo. Los niveles de esta hormona son claves en la formación de cuerpos cetónicos del que hablaremos en un futuro artículo. Como podemos observar entonces, la acción de la insulina y del glucagón son contrarios, la insulina almacena y el glucagón degrada.
También podemos encontrar las hormonas tiroideas: T3 y T4. Estas hormonas, principalmente la T3 ya que es la parte activa, afecta al gasto metabólico y síntesis proteica. De esto hablaremos en otro artículo.
Conclusión
Existen cuatro fuentes de energía disponibles de los cuales nos tenemos que centrar en la relación entre hidratos de carbono y grasa. Aunque haya el mito de que debemos ingerir carbohidratos para vivir, hemos visto que esto es erróneo gracias a la producción de cuerpos cetónicos cuando hay restricción de carbohidratos. Los factores que influencian que sustrato usar son la ingesta de cada nutriente, los depósitos de energía y los niveles hormonales.