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El entrenamiento no solo es bueno para tu cuerpo, pues también es una excelente manera de relajar tu mente. De hecho, es una de las mejores (si no la mejor) forma de manejar sus niveles de estrés; nuestros expertos comparten algunos de sus mejores consejos para practicar la atención plena durante las sesiones de entrenamiento.
Un entrenamiento no es todo acerca de los beneficios físicos; hay mucho más en esto que la construcción de músculos o el mantenimiento de un ritmo en un ejercicio de resistencia. Una sesión intensa puede reestablecer tu mentalidad y eliminar las preocupaciones que persisten en la jornada… bueno, en esta publicación, abordaremos una de las formas más populares de meditación: la atención plena, y veremos cómo se entrecruza con los entrenamientos para producir una sensación de felicidad mientras entrenas.
1- Estar siempre enfocado al entrenar
Puedes tender a distraerte en un entrenamiento, ya sea con algo de música, un podcast o incluso un televisor en la parte frontal de tu equipamiento. Si bien esto podría ayudarte a avanzar un poco más, o ayudarte a superar un conjunto de repeticiones difíciles, no estás realmente presente en ese momento, ¿verdad?
Si crees que estar presente y ser consciente es no hacer nada más que recordarte tus músculos ardientes y tu respiración pesada, entonces estás equivocado; estar atento siempre puede ayudarte a obtener una conexión más fuerte con tu cuerpo, para que estés más consciente de los músculos individuales en los que está trabajando y esto puede mejorar la efectividad general de tu entrenamiento, ya que estarás más consciente de cuando te saldrás del camino. De hecho, quemas más calorías cuando realmente pones tu mente dentro del entrenamiento.
2- Ocuparte del presente mientras entrenas
Si tienes un tipo de mente siempre activo, exacerbada por un largo día de trabajo y un ajetreo empresarial o de estudios, es posible que no puedas relajarte por completo o hacer un balance de tu día. Si tu entrenamiento está en medio de todo esto, podría terminar abriéndote sin pensar dos veces; agregar un toque de atención a tu entrenamiento te ayudará a evitar el agotamiento más adelante.
Hacer un balance, concentrarse en tu cuerpo encontrando tu respiración y ser consciente de lo que estás experimentando en ese momento (no preocuparte por el trabajo) te ayudará de más maneras de las que puedes contar… intenta, por ejemplo, respirar a tiempo para tu entrenamiento y esto se logra respirando profundamente mientras levantas pesas y luego exhala hasta contar tres, mientras bajas las pesas.
3- Descansa, Recarga y Revitaliza
Una tendencia emergente entre las sesiones de ejercicios es intercalar el HIIT (entrenamiento por intervalos de alta intensidad) con períodos de enfoque y meditación grupal mientras descansas y recargas tus energías.
Los adeptos de este tipo de sesiones afirman que estos pequeños descansos conscientes ayudan a que el entrenamiento fluya mucho mejor; estas sesiones ofrecen ejercicios intensos con enfoque pleno, como un antídoto para el estilo de ejercicio de “acción para quemar” que ha dominado el panorama del ejercicio físico en los últimos años… el resultado son sesiones más largas que se sentirán más beneficiosas para la mente y el cuerpo.
4- Establecer metas alcanzables
Recuerda, cuando entrenas, esa verdadera fuerza requiere un esfuerzo constante durante un largo período de tiempo. No te prepares para la decepción esperando pasar de 0 a 100 repeticiones al instante, por tanto comienza poco a poco y asegúrate de que tu plan de entrenamiento sea algo a lo que puedas atenerte, no solo en las primeras semanas, ¡sino durante toda la temporada!