Diferentes estudios han indicado que el efecto del color del plato no puede generalizarse; a la luz de este hallazgo, el objetivo principal de este estudio fue determinar si el consumo de alimentos durante una comida bufé abierta era diferente cuando se usaban platos blancos, rojos o negros del mismo tamaño.
Los investigadores, que estaban afiliados a la Universidad Hacettepe en Ankara, ofrecieron 54 comidas sanas y normales a mujeres de 18-30 años en tres ocasiones diferentes; ellos se aseguraron de que todas las mujeres hubiesen recibido la misma comida y el mismo desayuno antes del experimento, mientras que en el almuerzo, las mujeres podían comer tanto como quisieran. Al comer aleatoriamente el almuerzo ad libitum (pasta con salsa de tomate y refrescos) iban usando platos blancos, rojos o negros para hacer el estudio sobre el factor del color del plato.
Los investigadores midieron las puntuaciones de la escala analógica visual (EVA) en los resultados de saciedad para todas las comidas, además se registró la ingesta de energía y macronutrientes durante el almuerzo. En una ocasión, las mujeres almorzaron en platos blancos, una ocasión más en platos negros y en otra ocasión en platos rojos; los investigadores esperaban que los platos con un color diferente hicieran a las mujeres más atentas a la comida en sus platos, y que en este estado las hicieran comer menos espontáneamente.
Para distinguir las calorías exactas entre las visitas al buffet durante el almuerzo, la ingesta de energía de cada participante se registró por separado para platos llenos, de modo a comparar el impacto del color del plato.
- En la primera visita al buffet, la ingesta de energía de los participantes de la pasta se incrementó significativamente con platos rojos y negras en comparación con platos blancos (P = 0.025), pero la ingesta energética de los refrescos fue similar para todos los colores de vasos (P> 0.05); en general, los datos indicaron que la ingesta total de energía (pasta y bebida) de los participantes en la primera visita al buffet fue significativamente mayor con platos rojos y negros que con platos blancos (P = 0.03).
- En una segunda visita al buffet, 13 chicas usaron platos blancos, 16 usaron platos rojos y 15 usaron platos negros sin tomar bebidas adicionales; en esta etapa del estudio, los colores de los platos no tuvieron un efecto significativo en la ingesta de energía (P> 0.05)
Ninguno de las chicas visitó el buffet por tercera vez y cuando se evaluó la ingesta total de energía, el uso de platos rojos y negros dio como resultado una mayor ingesta de energía que el uso de platos blancos (P = 0.021), sin haber diferencias entre platos rojos y negros.
Los investigadores sospechan que la pasta napolitana era un poco menos visible en un plato rojo o negro que en un plato blanco y esta calidad reducida de la percepción visual estimuló el apetito al comparar el color del plato. Ahora bien, si las chicas hubieran recibido un plato con coliflor, puré de papas y una salsa de queso blanco, por ejemplo, un plato negro o rojo podría haber reducido la ingesta de calorías.
El presente estudio demostró que los platos rojos y negros no inducen el comportamiento de comer menos; los resultados de este estudio sugieren que la influencia del color del plato en la ingesta de alimentos puede depender de otros factores, como el tipo de comida y la interacción de contraste entre los colores y la comida servida.
En resumen, si quieres comer menos, deberías usar un plato con un color que contrasta fuertemente con el color de tu comida. Por lo general, será un plato blanco; pero, con la elección correcta del color del plato, comerás unas 150 calorías menos de una comida grande.
Fuente
- Nutrition Journal Research: Impact of three different plate colours on short-term satiety and energy intake: a randomized controlled trial