Trabajar duro para alcanzar la perfección en el gimnasio, es el credo de muchos atletas de calidad que se esfuerzan día a día en el gimnasio.
Cuando hablamos de la perfección del entrenamiento, nos referimos a la calidad de tus entrenamientos, es decir, cómo realizas tus repeticiones en relación con tu propia biomecánica única y qué estrategias empleas para alcanzar lo mejor que tu genética puede ofrecer.
Pero ¿cómo sabes si estás cumpliendo o no con este credo y no simplemente desperdiciando tu tiempo en el gimnasio realizando un sinfín de repeticiones y series?. Para saberlo haz un balance de los siguientes puntos de control y obtendrás tu respuesta:
Un enfoque tipo láser
Un entrenamiento tipo laser, es el diseñado adecuadamente para que vayas directo al punto y abordes todas tus necesidades; este entrenamiento requiere aproximadamente de 30 a 45 minutos de tu tiempo.
Más allá de eso, lo más probable es que tu concentración e intensidad disminuyan y los efectos generales de tus esfuerzos probablemente disminuyan.
Sin embargo, durante ese lapso de 30 a 45 minutos, no deberías tener problemas para mantenerte completamente concentrado en un entrenamiento de calidad, sin pérdida de tiempo o energía.
La intensidad es el rey
Cuando se trata de entrenar, tu único factor limitante aparte de tu genética es el nivel de intensidad que generas durante tu entrenamiento.
La intensidad es el factor más importante para obtener las máximas ganancias.
Al igual que tu capacidad para mantener la concentración, los niveles de intensidad que te impulsarán al próximo escalón de entrenamiento, sólo se pueden mantener durante un tiempo limitado. Entonces, deberías entrenar con calidad, como si nunca pudieras volver a entrenar y luego vete a casa a comer y descansar.
La autoevaluación, ¿por qué?
Tu compromiso con la calidad sobre la cantidad valdrá la pena con grandes resultados.
Si has estado tratando de tener rutinas eficientes al luchar contra los hierros, verás los frutos de tu trabajo en poco tiempo.
Las ganancias nunca son lineales, pero vienen a borbotones y si ha pasado mucho tiempo desde que has visto un crecimiento significativo o tus ganancias no están ni cerca de donde creías que estarían, es probable que sigas poniendo más énfasis en los efectos cuantitativos de tus entrenamientos versus la calidad de ellos.
Deberías ser fiel a tus esfuerzos y, si es necesario, reevalúa todo lo que has estado haciendo. De este modo, verás dónde deben hacerse los cambios y seguramente pasarás menos tiempo en el gimnasio y más tiempo en trabajar sobre la precisión de tus entrenamientos.
Todos responden de manera diferente al estímulo de entrenamiento, solo depende de ti descubrir qué funciona y qué no.