El cromo es un mineral que es necesario en muy bajas cantidades en nuestro organismo; se encuentra en dos estados, por un lado trivalente en los alimentos y suplementos nutritivos, y por otro lado hexavalente como un derivado tóxico de la contaminación industrial; se concentra mayormente en el hígado, bazo, los tejidos blandos y huesos, y si no se consume en las cantidades justas, va disminuyendo con la edad. Los alimentos ricos en cromo y zinc forman una traza mineral de oligoelementos, que es indispensable para el cumplimiento de varias funciones en el organismo, y para la composición corporal, protegiendo el sistema músculo-articular y la regulación hormonal en este proceso.
Debido a que las cantidades de cromo en los alimentos son bastante pequeñas, los investigadores han tenido dificultades para cuantificar claramente la ingesta de este mineral en la dieta, en forma similar a lo que se estila con otros grupos de alimentos y nutrientes; empezando por el cromo, el brócoli, contiene cerca de la mitad del requerimiento diario por porción y se ubica como una excelente fuente de este nutriente con 53% del VDR (valor diario recomendado), seguido de algunas frutas, carnes, cereales y lácteos, además de algunas especias. Además del brócoli, podemos clasificar a la cebada en 23% del VDR, la avena en 15% del VDR, las judías verdes en 6%, los tomates en 4%, la lechuga romana en 4%, y la pimienta negra en 3% del VDR, como las principales fuentes de cromo.
Los investigadores han analizado el contenido de cromo de los alimentos preparados y la cantidad de pérdida de cromo varía sustancialmente con el tipo de alimento y el tipo de procesamiento, sin embargo cuando se pasa de un grano entero a uno refinado se reduce en gran porcentaje este contenido; por ejemplo, una porción de pan blanco contiene aproximadamente la mitad del cromo de una cantidad equivalente de pan de trigo integral, lo que no se da al cocinar las verduras, que solo pierden del 5% al 20% del mineral en su cocción.
Si queremos complementar la dieta con alimentos ricos en cromo y zinc, debemos saber que el zinc es la pareja mineral perfecta al primero, porque se usa como cofactor de una serie de enzimas críticas; este estado de “cofactor”, hace que zinc participe directamente en la actividad de unas 300 enzimas, por ello, una pequeña deficiencia de zinc en la dieta, puede tener implicaciones de largo alcance en la salur general
El zinc es beneficioso para múltiples sistemas del cuerpo haciendo que sea aún más importante el consumo de alimentos ricos en cromo y zinc, protegiendo la inmunidad, la reproducción, la salud de la piel, y la visión; en el caso del zinc, se necesita unos 11 mg diarios, mediante alimentos como la carne vacuna que aporta 37% del VDR, la semillas de sésamo o calabaza, así como las lentejas que ofrecen 23-25%, los anacardos 21 %, las turquías 18%, la quinoa 18%, o los mariscos en un 17% del VDR de zinc, que como mineral es notablemente estable al almacenamiento.
Debido a que muchos de los alimentos con zinc tienen una vida útil tan limitada por otras razones (como el riesgo de contaminación bacteriana), se tendrá que tener cuidado en la forma en que se los almacena; cuando hablamos de cocción, en el caso de las carnes, no conduce a la pérdida significativa de zinc, a diferencia de otros minerales, y en el caso de los vegetales, se pierde el mineral en los líquidos de cocción de entre 10-20% de su contenido.
Fuentes
- Wh Foods: Nutrients in Foods, Zinc
- Wh Foods: Nutrients in Foods, Chrome